martes, 13 de diciembre de 2016

Situación Histórica

Aunque se suele tomar como punto de partida del Land Art la década de los años 60 también es cierto que ya en 1955 se había presentado la obra “Earth Mound”, de Herbert Bayer, que tiempo después se consideraría una temprana obra de Land Art. Además, aunque muy rompedor y original, el Land Art se fija en las grandes infraestructuras que el hombre construye en la faz de La Tierra desde los menhires y obras faraónicas hasta las pistas de despegue, puertos y autopistas. Para el Land Art los límites del tiempo son difusos, no ya tanto los del espacio.
Lo que el Land Art tiene de revolucionario probablemente se lo deba a la coyuntura histórica bajo la que se desarrollaron sus bases. Se trata de un momento conflictivo en el contexto mundial (Guerra de Vietnam, Guerra Fría, Asesinato de JFK, llegada a la luna, construcción del Muro de Berlín, medioambientalismo, discurso de Martin Luther King Jr., fundación de la Organización Nacional de la Mujer, Revolución Cultural en China, etc.) que dará pié a la formación de una nueva conciencia y a la incidencia y permanencia de esta en las sociedades industrializadas contemporáneas. En términos ideológicos obtendremos el nacimiento del hipismo y en términos artísticos el minimalismo.
Es precisamente a este movimiento artístico, y más concretamente a los llamados Specific Objects, al que el Land Art debe parte de su concepción. El quid de las piezas minimalistas, dice Michael Lailach, radicaba en la novedosa ubicación en el espacio de las mismas, por cuanto el espectador, privado de la ilusión de un espacio pictórico perspectivista, se ve arrastrado a la inmediatez temporal y espacial de la propia mirada. Las obras de arte minimalistas no tienen una orientación perspectivista: carecen de un punto de contemplación concreto, no son interpretables a partir de una perspectiva determinada.
Como lo hizo el minimalismo, también influirían en el nacimiento y desarrollo del Land Art otras corrientes artísticas anteriores a ambos como el futurismo (movimiento, paisaje industrial), el dadaísmo (deambular, espacios banales, no-lugares) y el situacionismo (visitas). La sencillez poética del Haiku japonés fue otra de las fuentes de inspiración ideológica de muchos representantes del Land Art tal y como hoy es entendido.

La aparición del Land Art aportó una nueva dimensión en la representación artística, recuperó elementos de la iconografía prehistórica y antigua y propuso otros nuevos. Gracias al ilusionismo de algunos artistas y a la originalidad de otros la variante estética del paisaje quedó francamente enriquecida.

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